Huo Jingjing se llenó de alegría. Sin darse cuenta, corrió al estudio de Fang Yu y empezó a tocar la puerta. Pero pasó bastante tiempo para que Fan Yu abriera la puerta del dormitorio del otro lado del pasillo con una expresión cansada.
—Estoy aquí.
—Dijiste que solo te tomaría un día, ¡lo lograste! —exclamó Huo Jingjing. Vestía un suéter flojo. Sus manos estaban detrás de su espalda y su voz temblaba.
—¿Viniste a buscarme para decirme esto? Lo hizo el Presidente Mo —gruñó Fang Yu bostezando, arrugando su cara normalmente apuesta.
—El presidente Mo y Tangning están en Francia. Vi las noticias anoche. Aunque el presidente Mo haya jugado un rol importante al principio, sin ti para controlar la situación, no sería un gran éxito, ¿verdad?
