Su Yimo agarró la caja de regalo, la miró y dijo en tono de desdén—: ¿Quiere colaborar conmigo? ¿Es ella digna?
Tenía un hombre tan noble protegiéndola y respaldándola, que no necesitaba trabajar con nadie más.
Zhao Meixin sabía lo que pasaba por su mente, y continuó persuadiéndola—: Digna o no, lo importante no es Ning Xueluo, es la influencia que hay detrás de ella. Tiene el apoyo de la familia Ning, y su novio es Su Yan, por lo que su poder no debe ser subestimado.
—Sabes que la familia Su ha estado recibiendo toda la atención en el Imperial, y todo el mundo está tratando de ponerse de su lado. Esta es una gran oportunidad ahora, ¡no hay nada que perder por hacerle un favor!
Mientras que todos en la escena del entretenimiento asumían que Su Yimo estaba en una relación ambigua con alguien importante en la corporación Lu, Zhao Meixin había estado al lado de Su Yimo todos los días, y nunca la había visto acercarse a nadie de la corporación Lu en privado.
