—¡Maldita sea! Avísame antes de que te vuelvas loca, ¿de acuerdo?
Ning Xi asintió y respondió:
—Oh...
—¡Vámonos ahora! ¿Qué estás buscando? —TangLang se dio cuenta de que Ning Xi no le seguía. Miró lo que Ning Xi estaba mirando. Eran un grupo de tipos con motocicletas rodeando a una chica guapa.
—¡Oye, chica, sal conmigo!
—Yo... no puedo, mis amigos están dentro esperándome...
—¿Sólo para ver a ese cantante masculino? ¡¿Qué tiene de bueno?! ¡Vámonos! Me aseguraré de que te sientas muy bien esta noche...
—¡Oye, suéltame!
[…]
—Por favor, le pediré a los guardias que se encarguen de esto, ¿de acuerdo? ¿Puedes no volver a involucrarte? ¡Acabo de sacarte! ¡Los reporteros estarán aquí en cualquier momento! —TangLang estaba realmente exhausto.
Ning Xi empezó a contar.
—Tres... dos...
—¿Eh? ¿Qué estás contando? —TangLang estaba confundido.
