Un rato después, después de asearse, Ning Xi bajó las escaleras y saludo a Tesorito como de costumbre:
—¡Hola cariño, buenos días!
Panecillo la ignoró, y volteo la cabeza en la dirección opuesta.
—Uy…
Al ver la sorprendente situación, Lu Tingxiao, que estaba leyendo el periódico en la mesa, levantó una ceja y miró a Ning Xi de manera interrogativa. Lo que acababa de pasar era muy raro.
—¿Acaso ustedes dos discutieron? —preguntó.
Ning Xi se frotó la nariz y respondió:
—Tesorito me aconsejó dejar de tomar, y le conté que tomar realmente tiene muchos beneficios. Luego enfureció...
Entonces eso era…
Lu Tingxiao asintió comprensivamente. Ning Xi tuvo un momento de inspiración, e inmediatamente buscó un aliado.
—Lu Tingxiao, ¿puedes decirle a Tesorito que hay muchos beneficios en el consumo de alcohol? ¿verdad?