—Mmm, que te diviertas mucho —Lu Tingxiao despeinó el pelo de la chica.
Ning Xi de repente se sintió triste porque Lu Tingxiao tenía que trabajar a pesar de que era el fin de semana. —Ay, de repente siento que es demasiado malo dejarte solo. ¿Qué se puede hacer al respecto...?
A pesar de que hoy también iba a trabajar, con el estado de ánimo actual, parecía haberse convertido por completo en una excursión.
Lu Tingxiao pellizcó ligeramente el lóbulo de la oreja de la niña y dijo en voz baja: —Compénsame la próxima vez.
Ning Xi parpadeó. —¿Qué tal si te compenso ahora?
—¡Basta, ustedes dos! Todavía hay un niño menor de edad aquí, ¡oye! —Lu Jingli empezó a aullar desde lejos.
Ning Xi fue de puntillas a besar las mejillas de Lu Tingxiao y luego se despidió del padre de su hijo.
[…]
