Ling Lan empujó lentamente a Li Lanfeng a bordo del crucero de Li Yinfei.
—Vayamos a la sala de control para echar un vistazo. —Mientras atravesaban los pasillos de la nave, Li Lanfeng rompió repentinamente el silencio. Por suerte, estaba bien versado en imitar, por lo que imitó la voz de Li Yinfei casi a la perfección. Si no se le escuchaba con atención, era posible que no se notara la diferencia.
El Hermano Mayor Kun miró a Li Yinfei con sorpresa. En el pasado, a Li Yinfei nunca le gustó interactuar con los miembros de la tripulación de la nave. Ella sentía que todos eran salvajes, y secretamente los despreciaba por eso.
—Han estado protegiendo la nave durante muchos días. Debe haber sido difícil para ellos. Debo expresarles mi agradecimiento —Li Lanfeng mostró una sonrisa sincera mientras hablaba con suavidad.
