—Esa bofetada fue por el Jefe. Si el Jefe estuviera aquí, no sería solo una bofetada. En cambio, te golpearía hasta que despertaras de tu lamentable estado actual. —La mano derecha que Han Jijyun usó para abofetear a Qi Long se colocó detrás de su espalda, oculta a la vista de Qi Long. Estaba temblando incontrolablemente. Su mano originalmente blanca y elegante, rápidamente comenzó a palpitar, volviéndose roja como la sangre.
Qi Long había usado instintivamente su concepto de dominio para proteger su cuerpo, así que cuando Han Jijyun, que acababa de alcanzar la etapa de pseudo-dominio, lo abofeteó, su mano quedó lastimada por la bofetada.
