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Ling Lan conocía bien la fachada que Li Lanfeng usaba delante de los demás. A decir verdad, Ling Lan tampoco podía confirmar si había visto a través de la personalidad real de Li Lanfeng.
Su fachada se debió probablemente al instinto de alguien que era experto en estrategias. Nunca permitirían que nadie viera su verdadero lado, así que a menos que fuera una pareja que amaran profundamente o un miembro de la familia que les importara profundamente, el verdadero lado de esas personas nunca vería la luz del día. Todas esas molestias por las que pasaron fueron para evitar su miedo más profundo, perdiendo el control de su destino.
A pesar de ser un instinto necesario para un estratega competente, la constante presión a la que estaban sometidos, la fachada que tenían que mantener constantemente, era muy agotadora para cualquiera que incluso el estratega más competente sucumbiría a veces a sus instintos, incapaz de distinguir entre su verdadero yo y su fachada.
