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—Jefe, finalmente estás despierto. Eso es genial —gritó Pequeño Cuatro felizmente.
Había estado temblando de miedo todo ese tiempo. Tenía miedo de cometer un error en su cálculo y causar la muerte de su Jefe y las dos personas a su lado. Nunca volvería a hacer algo así. Fue demasiado aterrador. Pequeño Cuatro sintió que después de eso, su vida útil había disminuido en unos pocos miles de años. Aunque todavía le quedaban muchos miles de años de vida, ya no podía soportar el tormento. Si lo hiciera varias veces más, toda su vida útil se quemaría como la madera en un horno de carbón. Un día, su chip se quemaría por trabajar demasiado furiosamente.
Bueno, como el gran Pequeño Cuatro, nunca admitiría que estaba tan nervioso que su chip se calentó demasiado y se quemó un poco.
