Fue una hazaña formidable para cinco de ellos matar a casi 160 oponentes por sí solos. Las personas que mataron no eran plebeyos normales. Eran asesinos que habían sido especialmente entrenados por la Sociedad de Almas. Incluso había algunos asesinos del Rango Negro e incluso del Rango Rojo.
Qi Long sonrió.
—Finalmente puedo hacer algo de ejercicio.
En el momento en que terminó de hablar, desapareció.
Li Lanfeng y Zhao Jun se sonrieron el uno al otro. Ellos también desaparecieron.
Li Yingjie miró el balcón vacío. Se volvió y le preguntó a Lin Zhong-qing: —¿A dónde fueron?
Lin Zhong-qing señaló debajo de ellos.
—Fueron a matar gente.
Li Yingjie estaba furioso. Él exclamó: —¿Por qué no me preguntaron?
Lin Zhong-qing lo miró con desprecio.
