El equipo de Ling Lan esperó pacientemente a que el equipo de batalla se acercara. Parecían estar tranquilos por fuera, pero por dentro estaban muy nerviosos y llevaban mucha cautela. Ling Lan les había contado a los miembros de su equipo que había innumerables mekas escondidos a su alrededor. Todos sabían que el peligro estaba a la vuelta de la esquina.
Cuando ese equipo de doce hombres de operadores de clase especial se acercó, el líder del equipo le preguntó fríamente: —¿Quiénes son ustedes? —El equipo más pequeño de por allí era un equipo de batalla de doce hombres. Ling Lan solo tenía seis mekas. Por eso les parecía raro.
Ling Lan respondió con calma: —Nos hemos encontramos con un equipo de batalla que estaba escondido. Luchamos una gran batalla y, aunque ganamos, algunos de nuestros miembros pagaron el precio. —Ling Lan impregnó una buena cantidad de poder espiritual en esas palabras para aumentar su capacidad de persuasión.
