Rápidamente, ordenó a los miembros de su equipo: —¡Nos retiramos!
—¡No se van a escapar tan fácilmente! —Un frío rugido resonó en el aire y un meka as apareció ante ellos instantáneamente.
—¡Qiao Ting! —exclamó el Capitán con expresión triste.
—Nunca hubiera pensado que el equipo que estaba atacando a otros equipos de asalto era de la Tercera Academia Militar de Hombres. Vuestra idea de culparnos a nosotros, la Primera Academia Militar de Hombres, ha sido buena idea —dijo Qiao Ting mientras se reía fríamente.
—Si dijera que nos tropezamos con esta situación, ¿me creerías? —Interrumpió el Capitán de la Tercera Academia Militar de Hombres mordiéndose el labio. Cuando llevó a su equipo al lugar donde había ocurrido la batalla, se convirtieron en los principales sospechosos. Sin embargo, estaba haciendo todo lo posible por esclarecerlo, pues eso realmente no tenía nada que ver con ellos. Esa culpa era injusta y frustrante.
