Temprano esa mañana, la entrada principal de la Academia Central de Exploradores ya estaba llena de gente. Innumerables autos flotantes se movían por el aire. Si el gobierno local no hubiera tomado las precauciones apropiadas al enviar fuerzas policiales para mantener el orden, el tráfico probablemente se habría atascado y podrían haber ocurrido varias colisiones.
No se pudo evitar, ya que había demasiados autos. Cada año, casi diez mil estudiantes se inscribían en esta Academia de Exploradores, y los padres de los estudiantes a los que solo se les permitía ir a casa los días libres todas las semanas estaban en su máxima potencia. Eran los principales culpables detrás de la inusual congregación de autos flotantes en el aire hoy en día.
