Después de que Roland se sentó, la gente en el pasillo hizo una reverencia antes de sentarse.
Bajo su dirección, la pequeña y remota Ciudad Fronteriza se había convertido rápidamente en una gran ciudad. Roland pudo darse cuenta de que se había convertido en un líder espiritual a los ojos de los participantes de la conferencia. Nunca había sentido algo así cuando había dado conferencias a estudiantes en una escuela primaria o cuando explicó sus diseños a sus clientes. Todas las personas que asistieron a esta reunión no solo escucharon sino que también se prepararon.
Siempre estaban listos para ejecutar sus planes y órdenes.
Tenía una sensación de logro al ver que su administración había dado frutos. Hace tres años, solo unas pocas personas en el castillo lo habían servido de todo corazón mientras todos los nobles locales lo habían ridiculizado. Ahora, sin embargo, tenía un equipo espléndido para ayudarlo.
Fue directo al grano.