—¿Esto está realmente bien? —Wendy dijo en voz baja mientras señalaba a la gente común en el muelle —. Me refiero a que estamos contratando gente al azar que venga al muelle a saludar a las brujas de la Isla Dormida... Si las brujas supieran la verdad, seguramente no estarían satisfechas con eso.
—¿Puedes encontrar algún residente que realmente acepte su llegada? —Scroll preguntó en voz igual de baja.
—No…—Wendy dudó por un momento y negó con la cabeza. De hecho, era difícil encontrar incluso a uno o dos residentes que recibieran a las brujas desde el fondo de su corazón, y mucho menos a un grupo de brujas. Aunque los ciudadanos de Nuncainvierno empezaron a aceptar a las brujas bajo las influencias de Roland, y algunas incluso eran adoradas por el público, las inmigrantes de la IslaDormida eran gente extraña para ellos. Básicamente, era imposible pedir a las personas que detuvieran su trabajo y saludaran a un grupo de brujas que nunca habían conocido.
