Las cosas dieron un giro brusco después de la segunda pregunta de Edith.
Cuatro nuevos nobles fueron escoltados hacia afuera de la multitud, por los nuevos guardias del Rey.
La multitud comenzó a agitarse.
—Su Majestad... ¿qué...?
—Hmm, adivinaste bien. Los cuatro estaban diciendo la verdad —dijo Roland con las manos extendidas —. Tuvieron coraje y voluntad, entonces ganaron la calificación para subirse a mi vagón. Lo que necesitamos para una reforma, es gente que se atreva a probar. —Luego se dirigió a los nobles elegidos —Hagan lo mejor que puedan. No desperdicien esta oportunidad que ha aterrizado en sus manos.
—Sí, sí... ¡Su Majestad! —Dijeron los cuatro nobles, sintiéndose algo halagados.