—¿Escuchaste algún sonido? —preguntó Edith, quien miró a Brian mientras estaba instruyendo a los soldados para organizar una línea de defensa subterránea.
—¿Cualquier sonido? —Brian dejó de hacer lo que estaba haciendo, miró a su alrededor perplejo y dijo: —No, señorita Edith, no he oído nada, excepto el sonido del agua corriendo.
—¿De verdad? —Edith frunció el ceño. —¿Estoy equivocada?
—¿Qué tipo de sonido fue?
—Como el sonido de un cuerno, muy apagado... similar al sonido del agua —se detuvo Edith. —Parecía venir del sur.
Esa fue la dirección adonde las brujas fueron a llevar a cabo una exploración profunda. El turbulento río subterráneo iba de norte a sur y desaparecía en la cueva subterránea de color negro oscuro. Aunque había dos plantas iluminadoras raras en ambos lados del río, no podían proporcionar luz a lugares lejanos. Toda la vía fluvial era como la entrada a un abismo que devoraba todo lo que veía.