A la mañana siguiente, Roland abrió los ojos cuando el primer rayo de sol brilló en la sala de estar.
El ventilador había estado soplando aire caliente toda la noche, y las cigarras estaban chillando sus canciones familiares fuera de la ventana.
Ahora había confirmado que el sueño en el Mundo de Sueños no lo haría volver a la realidad, y Roland pensó que podía descansar durante el sueño.
Aunque esto puede sonar un poco raro... A quién le importa. No importa si al fin de cuentas, funciona.
Bostezando, se levantó del sofá. Cuando estaba a punto de ir a la cocina para preparar el desayuno, escuchó a Zero gritando en el dormitorio.
Después de un momento, ella apareció en la puerta, su rostro se sonrojó. Señaló a Roland, tartamudeando.
—Ayer yo... tú...
—Anoche dormí en el sofá—Roland se encogió de hombros —. Por favor, estás sudada y sin bañarte. Ciertamente no dormiría contigo.