Roland recibió una carta de Calvin Kant, duque de la región norte.
Fue acompañada por un memorando con huellas dactilares que expresaba la intención de lealtad de la Región Norte a Su Majestad.
La propia carta hablaba de asuntos más triviales.
Primero, preguntó cuándo Roland pondría en escena su ceremonia de ingreso, para que el duque pudiera preparar su viaje para asistir. Esta era la tradición cada vez que un nuevo rey sería coronado.
La siguiente pregunta era sobre las nuevas políticas, como la forma en que deberían aplicarse, los poderes restantes de los nobles, la forma en que se deberían hacer los arreglos de sucesión y el alcance de la gestión del Ayuntamiento.
Estas preguntas eran predecibles. Pero fue la última pregunta la que sorprendió a Roland.