Roland estaba debatiendo qué tipo de arma incendiaria era más fácil de fabricar cuando entró un guardia.
—Su majestad, los embajadores de la Región Norte solicitaron verlo.
Sólo ha pasado un día... pensó Roland, sintiéndose un poco sorprendido.
—¿Planean rechazar directamente mi oferta sin avisar al duque?
—Llévalos al salón —él instruyó después de un momentáneo silencio —. También, pídale a Carter que bloquee todas las salidas al Edificio de Asuntos Exteriores e impida que la delegación emisaria salga.
—Sí su majestad.
Como se habían negado a aceptar sus políticas, no le quedaba más remedio que detenerlos por la fuerza.
...
Cuando Roland entró en el salón, se dio cuenta de que la pareja de la larga mesa había cambiado sus asientos. La señora, que decía ser la asistente de Cole, estaba sentada en el asiento del invitado de honor, mientras que Cole, estaba sentada a su lado con un libro en la mano.