En lo profundo del escondrijo, la multitud se arrodilló, adorando a una mujer vestida con lujosas galas. Innumerables velas ardían silenciosamente, como estrellas ligeramente brillantes que cubrían el suelo.
—¿Es esta la nueva criatura? Levanta tu cabeza y déjame ver tu cara.
Iffy levantó tímidamente la cabeza, pero solo pudo ver una máscara que reflejaba luz fría. Ella casi gritaba en voz alta en ese momento.
—Soy Heidi Morgan. No tengas miedo, la máscara era solo para proteger mi identidad —la voz de la mujer era más suave de lo que Iffy imaginaba —. Eres miembro de la Asociación de Colmillos de Sangre a partir de hoy.
—¿Por qué... no puedes aceptar a Annie? —Iffy reunió su coraje para preguntar.
—¡Qué presuntuoso! —Gritó la pelirroja.
Las otras brujas se estaban riendo como si se burlaran de su estupidez.