En el sótano del palacio, Ciudad del Rey, Reino de Castillogris.
Timothy se sentó en el trono con la mejilla apoyada en su mano derecha. Observó con impaciencia cómo los candidatos realizaban sus trucos de asesinato.
—¿Cuántos tontos he visto desde que comenzó el invierno? Debo haber sido demasiado indulgente, para haber permitido a estos payasos actuar.
Estornudó y sintió la sequedad en sus ojos.