Avanzada la madrugada, un suave rayo de luz asomó por las grietas de las cortinas.
Era ya el amanecer.
Agatha apenas había dormido toda la noche. Su cabeza había estado girando con las palabras de Ruiseñor.
Los mortales de este continente son los más poderosos.
Tanto puede cambiar en 400 años. ¿Por qué no puedes dejar de lado ideas pasadas?
Todavía tienes mucho tiempo por delante. Puedes confirmarlo con tus propios ojos.
Agatha se levantó de la cama y se acercó a su perchero, apoyando su mano en la túnica de la Sociedad Quest de Taquila. Cuando ella recordó haber ganado la aprobación unánime de las Tres Brujas Jefes cuando ganó esta túnica, sus espíritus saltaron de alegría. Explorar los misterios del poder mágico siempre había sido su búsqueda de toda la vida, y el lema más venerado de la Sociedad Quest era "La existencia es la verdad". Entonces, si esos mortales realmente pudieran probar su habilidad...