La primera Ceremonia de Premios al Honor duró hasta el mediodía, con Roland siendo tanto comentarista como anfitrión, lo que lo dejó extremadamente agotado. Afortunadamente, la ceremonia finalmente terminó con campanas y saludos de armas. Regresó al castillo sudando, pero al llegar al tercer piso, vio a Anna apoyada en la puerta de su oficina, sonriendo.
—¿Qué pasa?
—¡Entra y lo sabrás! —respondió Anna, parpadeando sus hermosos ojos azules.
Espero que no sea una especie de truco.
Roland empujó la puerta solo para mirar con sorpresa: las doce brujas estaban de pie en dos filas, con Wendy y Scroll de pie al frente. Cuando vieron al príncipe entrar, todas sostuvieron sus vestidos, doblaron sus rodillas en una reverencia con respeto.
—Ehm, ¿qué están...?