Margaret llegó en el segundo mes de verano según lo acordado.
Esta vez, el número de sus barcos había superado con creces la capacidad del muelle, y bastantes barcos de vela tuvieron que anclar a lo largo de la orilla del río, esperando que los barcos que estaban delante de ellos terminaran de descargar antes de estar conectados al caballete.
Así, a Roland se le ocurrió que el muelle de Ciudad Fronteriza tenía que expandirse.
La Corporación Industrial del Reino de Castillogris había logrado completar su tarea este mes. Había reducido con éxito la tasa de rechazo al 40% y había fabricado tres motores de vapor antes de la fecha límite. Aunque en comparación con la máquina de vapor de tercera generación utilizada en Ciudad Fronteriza, los productos comerciales fabricados en la planta no estaban en la misma categoría en términos de potencia, reducción de ruido, frecuencia de vibración y control de fugas de gas, eran mucho mejores que la primera generación.