Después de la excursión a la mina Ladera Norte y dos días consecutivos de negociación, Roland estableció un nuevo acuerdo comercial con Hogg y Caravana de la Bahía Luna Creciente.
Cuando Hogg vio el sistema de transporte de minas que operaba rápidamente, sus globos oculares casi se cayeron. Incluso presentó una solicitud para invertir y construir una fábrica en Ciudad Fronteriza que se especializaría en la construcción de órbitas de minas y equipos auxiliares. Ambos ganarían la mitad de las ganancias. Sin embargo, Roland rechazó su solicitud. Si Roland tuviera mucha gente, consideraría la invitación a invertir. Pero en la actualidad, el pueblo carecía de gente, no de dinero.