Las recién llegadas eran brujas. Theo no mentía. Cenizas podía sentir el poder mágico en ellas e incluso podía diferenciar a las fuertes de las más débiles, y particularmente a la líder. El poder mágico era como un cuchillo afilado cortando el sufrimiento de Cenizas cuando trataba de sentirlo con intensidad.
—Soy Cenizas. Encantada de conocerlas, hermanas de la Asociación de Cooperación entre Brujas —dijo poniendo su gran espada a un lado y se adelantó para abrazar a las cuatro brujas... No, ella sabía que eran cinco. Cenizas miró la mancha oscura que rodeaba el cielo —¿Ella no se une a nosotros?
—Ella nos está mostrando el camino —dijo la líder sonriendo—. Yo soy Ruiseñor. —Luego señaló a las otras tres brujas —Scroll, Hoja y Eco—. Miró hacia el cielo y agregó: —Esa niña es Rayo.
Cuando Cenizas miró a Scroll, ella se quedó atónita. El poder mágico en Scroll era bastante débil, como una nube dispersa por todo su cuerpo. La sorprendió y con la pregunta que hizo.