Rayo volaba por encima del bosque brumoso.
El mundo parecía encogerse en sus ojos. Todos los detalles se habían vuelto oscuros a su vista, solo le quedaban varios bloques de colores. El marrón era tierra, gris las montañas, verde los bosques y azul los ríos.
Sin embargo, el verde ocupaba la mayor parte del paisaje que veía.
A diferencia del color verde brillante y vibrante de los campos en Ciudad Fronteriza, el color verde aquí era oscuro e intenso, mezclado con algunos tonos grises y negros. El interminable paisaje verde oscuro se extendía desde el oeste hasta el norte. Si Rayo lo contemplara durante mucho tiempo, tendría ganas de caer al suelo. Por lo tanto, tenía que desviar su atención hacia el azul del cielo de vez en cuando para disipar la creciente sensación de restricción.
Mientras tanto, las nubes bajas y espesas detrás de ella, cubrían los picos de la Cordillera Impasable y envolvían a Ciudad Fronteriza con una fina película de niebla y lluvia.