Theo entró a un pub, donde podía oler el fuerte olor del aire caliente y húmedo que se mezclaba con el olor a cerveza.
Bajo la tenue luz, los hombres estaban sin camisetas, con el pecho y la espalda sudada. Se sentaron en la mesa del bar en el centro, tomando pintas de cerveza barata mientras charlaban ruidosamente con sus compañeros. Las sirvientas con poca ropa estaban entremezcladas entre las mesas de cerveza, llenando los vasos de los invitados.
Miró a su alrededor y encontró un objetivo: un hombre pequeño que estaba sentado en un rincón. Había una rosa salvaje marchita en la mesa.