—Vamos. Uno, dos, tres…
—Por tu recuperación, ¡salud!
Dentro de las habitaciones del Sleeping Spell, una pequeña celebración estaba en marcha. Mirando la sonrisa feliz de Dusk, Balshan, impotente, levantó su copa.
Como socios, Dusk la visitaba a menudo, sin prestar atención a su propia situación. De vuelta en Isla Dormida, sabía con certeza que nunca se hubiera preocupado tanto por una Bruja de Combate. La mezcla de culpa y conmoción la hicieron sentir como si palideciera comparándose con Dusk.
Aunque Balshan sabía que Dusk nunca pensaría en algo así.
Pero cuando su mirada se posó en la otra persona, su expresión se volvió desagradable.
—¿Por qué estás aquí?
Charms, con confianza llenó una copa de vino. —Fui yo quien trajo este vino tinto, ¿por qué no puedo estar aquí?
—¿Por qué suena como que no podemos a beber sin ti? —Balshan puso los ojos en blanco. —Nuncainvierno tiene muchos bares, podemos conseguirlo desde cualquier lugar.