Ruiseñor salió de la Niebla una vez que Roland se durmió. Ella ordenó su manta y le cubrió el brazo expuesto. Se quedó mirándolo por un momento. Luego se deslizó en silencio para volver a su habitación.
Ruiseñor se sorprendió un poco al ver a Wendy todavía leyendo junto a la cama.
—¿Aún no has dormido?
—¡Me temo que lo que estás haciendo está mal! —dijo Wendy la mirándola fijamente— Su alteza no es un niño. ¿Es necesario cuidarlo hasta que se duerma?
—Su alteza envió personas a las otras ciudades y pueblos para difundir noticias de la organización de brujas. Sólo estoy siendo cautelosa en caso de que las brujas intencionalmente lleguen a lastimar a su alteza después de escuchar las noticias.