La celebración de la coronación duró todo el día, desde el mediodía hasta la noche.
La plaza central estaba saturada con el cálido aroma de la sabrosa sopa mientras hervía a fuego lento en ollas sobre el fuego. Dentro de las ollas, una gruesa capa de aceites condimentadosrecubrió la superficie mostrando la riqueza de la sopa. Fue hecho para que cualquiera pudiera agregar la comida que quería y comer a su gusto. Como las especias aún eran consideradas como lujos en esta era, la fiesta atrajo a muchos civiles. Algunas personas incluso trajeron frascos y ollas, con la esperanza de llevar algo de sopa a casa para saborear cada gota más tarde.
El Ayuntamiento se encargaba de agregar continuamente agua y caldo en las ollas. Con cada adición de huesos con carne picada y salchichas, la multitud estallaba en fuertes gritos.
Esta habría sido una escena increíble durante los Meses de Demonios en el pasado.