—Entonces, ¿estoy calificado para llamarte Wu Rufeng? —preguntó tranquilamente Zhang Xuan.
—Yo…—Wu shi quería refutar esas palabras, pero incapaz de encontrar un contraargumento a eso, su cara se volvió cada vez más roja. Finalmente, hizo un gesto con la mano y dijo—. Confiar únicamente en tu jerarquía no te ganará el respeto de nadie. Lo que es más importante es la contribución que has hecho al Pabellón de Maestros Superiores y a la humanidad. No importa lo formidable que sea tu maestro, si no eres capaz de aportar nada a la humanidad, no hay forma de ganarte el respeto de nadie. ¡No puedes esperar confiar en tu profesor para siempre!
—¿Contribución?
—Ciertamente. ¡Sólo aquellos que trabajan diligentemente para devolver a la humanidad son verdaderamente dignos de respeto! —dijo Wu shi con la cabeza en alto.