En su vida anterior, Zhang Xuan era soltero y nunca había salido con nadie. Por lo tanto, era incapaz de adivinar los pensamientos de una mujer, ni que decir, entender que había enfurecido a la recepcionista Wen Xue al punto de casi explotar en apenas diez minutos.
Sin embargo, incluso si lo supiera, no haría en él diferencia alguna.
Después de todo, la belleza no se puede comer. Además, estás a miles de millas de distancia en comparación con Shen laoshi y Huang Yu, ¿de dónde viene tu confianza en ti misma?
En ese momento, no tenía fuerza adicional para estar pensando en ello. Después de entrar en la habitación, se dirigió a la primera fila de estantes de libros, tomó casualmente una docena de libros y los hojeó ligeramente. Después de lo cual, los colocó rápidamente en su posición antes de hacer lo mismo con otra docena de libros.
¡Hualala! ¡Hualala!