—Yo…
El cuerpo del asistente tembló.
En los muchos años que había existido el Emporio de los Espíritus, nunca había habido una sola persona que lo hubiera denunciado por vender productos falsificados. En un solo día, este hombre desenterró tantas cosas falsas de sus estantes....
Pensaba que la otra parte era sólo un descendiente despilfarrador que tenía demasiado dinero de sobra, pero sería un tonto si aun así no pudiera decir que se trataba de una actuación en este momento. ¡Ese tipo estaba claramente aquí para causar problemas!
—Llama al jefe aquí, ¡rápido! Es el único que puede resolver este asunto en este momento... —gritó Mo Fei. Parecía como si hubiera envejecido décadas en los últimos minutos.