¡Hu! La bestia espiritual aérea 7-dan mortal trascendente aterrizó en frente a la casita de paja. Cuando bajó sus alas, la ráfaga de viento producida por las mismas levantó una nube de nieve del suelo.
Después de descender, la bestia espiritual aulló—: ¡Roar!
Si hubiera sido otro domador de bestias en lugar de Zhang Xuan, seguramente no se habría dado cuenta de lo que estaba sucediendo. Sin embargo, gracias a su fluidez en el lenguaje de las bestias ancestrales, Zhang Xuan pudo comprender lo que estaba transmitiendo a través del rugido.
—¡Señor, cumplí sus instrucciones y atrapé a los maestros superiores! ¡Hay por lo menos de trescientos a mil de ellos rodeados en este momento, y la mayoría están heridos! —dijo la bestia espiritual.