Tan pronto como se recuperó, Luo Qiqi se levantó de inmediato y apretó su puño.
—¡Profesor!
Inmersa en su estado anterior de iluminación, no sabía que Zhang Xuan había pasado por un reconocimiento de Maestro Celestial. Sin embargo, su comprensión hacia la preparación de pastillas y el forjado de armas había mejorado significativamente.
Antes, su talento en la herrería sólo podía considerarse ligeramente por encima del promedio, pero, según su entendimiento actual, ¡estaba segura de que también podría superar a esos genios famosos de la Escuela de Herreros!
—¡No está mal!
Al ver su mirada animada, Zhang Xuan sabía que ella debió haberse beneficiado enormemente de su estado de iluminación, por lo que asintió con satisfacción. Sin importar qué, ella era su estudiante. Como su maestro, él siempre se sentiría orgulloso de su mejora.
—Maestro, ¡gracias por su orientación!
Luo Qiqi se arrodilló y se encogió de gratitud.