Viendo que Hong shi estaba al borde de una crisis nerviosa, Zhang Xuan ya no podía ser molestado con Wu Zhen. Enfocó toda su atención en instruir a Hong shi para que gane.
Por otro lado, Wu Zhen, después de haber afirmado su hipótesis, ya no llamaba más a Zhang Xuan tampoco.
Unos minutos más tarde, Feng Yu, Luo Zhao y Chen Yue yacían en el suelo, sus cuerpos llenos de heridas. Se habían rendido.
No tuvieron más remedio que hacerlo. Sin importar lo que hicieran, Hong shi siempre parecía estar un paso por delante de ellos, dejándoles completamente indefensos. Si hubiera seguido así, podrían haber muerto. Como ese era el caso, admitieron la derrota.