Hace cuarenta años, un genio talentoso que poseía un talento superior apareció repentinamente en el Firmamento. Impresionados con su talento, los Dioses Monarcas habían tratado de tomarlo bajo su ala y conferirlo como su Dios Rey Conferido.
Una gran pelea había estallado entre ellos como resultado de eso.
Al final de la pelea, habían llegado a un acuerdo. Para evitar escalar el conflicto, ninguno de ellos lo consultaría.
Todos habían pensado que este sería el final para ese talentoso genio.
Nadie podría haber imaginado que el talentoso genio terminaría recibiendo la concesión del mundo mismo.
Había sido la misma vista en ese entonces. Todo el Firmamento estaba envuelto en nubes rojas, y un gran poder se levantó del mundo.
Los Dioses Monarcas quedaron desconcertados por el fenómeno la primera vez que lo presenciaron cuando se dieron cuenta de que algo más grande que ellos estaba ocurriendo.