–Shen Zhui, ¿qué me diste a tomar?
Sintiendo el impulso incontrolable en él, así como el calor indisociable que se elevaba en su interior, Shen Hong finalmente se dio cuenta de que algo andaba mal y rugió furiosamente.
–Es… afrodisíaco…
Shen Zhui solo podía responder con sinceridad.
–¿Afrodisíaco? Voy a joder a tu abuela…
Shen Hong se tambaleó.
Nunca pensó que llegaría un día en que su propio nieto le alimentaría con afrodisíaco. Maldita sea, ¿estás jugando conmigo?
Shen Hong sintió que se estaba volviendo loco.
–Anciano real, por favor no me culpes. Fue Yang shi quien me pidió que lo haga, no tuve elección…
El Emperador Shen Zhui también estaba al borde de las lágrimas.
Cuando estuvo a punto de matar al anciano real alimentándolo con la solución medicinal, le quedó un trauma en el corazón. En ese momento, fue reprendido solo porque siguió las instrucciones de Yang shi…
¡¿Qué hice?!