—¡Olvídalo!
Zhang Xuan se quedó sin palabras por sus reacciones. No pensó que esos tipos huirían tan rápido como si fuera una especie de monstruo espantoso.
Era cierto que había intentado deshacerse de los Demonios de Otro Mundo; podría significar el fin de la humanidad si ellos, por casualidad, consiguieran el Gran Códice de Primavera y Otoño. Sin embargo, con Yan Xue y las bestias, ¡realmente tenía la intención de sólo tener una charla con ellos!
Por otra parte, al ver la mirada sofocada en el rostro de Zhang Xuan, Zhao Ya y los demás podían adivinar lo que estaba pensando, y una ligera sonrisa se deslizó en sus rostros.
—No es que tengan miedo; simplemente quieren evitar cualquier complicación innecesaria. Como candidatos elegidos para entrar en el Salón Principal, sólo tienen una misión: obtener el Gran Códice de Primavera y Otoño —explicó Luo Ruoxin.