Unas pocas respiraciones más tarde, los dos Demonios de Otro Mundo en la consumación del reino de la Eternidad fueron asesinados.
Incluso sin recurrir a los Cinco Monarcas, la planta ni el pez koi, Zhang Xuan fue capaz de someter a los dos Demonios de Otro Mundo con facilidad.
Arrojó sus cadáveres en su anillo de almacenamiento antes de avanzar.
Lo que apareció ante sus ojos fue una sala majestuosa. Sus paredes estaban llenas de pinturas que emanaban un cálido resplandor. Tan pronto como entró en el salón, encontró una poderosa presión sobre él. Si la energía de su alma hubiera sido débil, le habría sido difícil dar un solo paso adelante.
¡Este es un buen lugar para templar el alma! Zhang Xuan pensó mientras paseaba tranquilamente por el salón.