—¡Espérame!
Antes de que Zhang Xuan pudiera llegar al pasadizo, de repente escuchó un grito abajo. Después de lo cual, una figura se lanzó en su dirección y se agarró a su túnica.
—¿Hu Yaoyao? —se preguntó Zhang Xuan sorprendido.
La persona que lo había agarrado no era otra que la cara conocida entre la multitud, ¡Hu Yaoyao!
—Esta amiga de aquí, es extremadamente peligroso para proceder más allá de esto. ¡Sería mejor que se quedara atrás! —dijo Zhang Xuan mientras levantaba la palma de la mano, con la intención de enviar a la joven de vuelta al suelo.