Nangong Yuanfeng, sintiendo una inmensa presión proveniente de la esfera giratoria frente a ellos, preguntó cautelosamente: —¿Quién eres tú?
La joven que tenían delante no parecía tener un nivel de crecimiento demasiado alto, pero la esfera que giraba delante de ella indujo en él una sensación de coagulación de sangre. Podía sentir que la esfera tenía jurisdicción absoluta sobre el espacio.
Típicamente hablando, la joven dama no debería haber podido controlar la esfera dadas las limitaciones de su crecimiento, pero por alguna razón, la esfera parecía armonizar perfectamente con la joven dama, casi como si formaran una entidad completa.
Instintivamente sabía que no debía subestimar a la joven que estaba ante él.
Un pensamiento le vino a la mente, y Nangong Mo rápidamente exclamó:
—¡Maestro, ella es probablemente la pequeña princesa del Clan Luo!