Esas palabras realmente provocaron al joven. La ira se le metió en la cabeza, y su cara estaba tan roja que parecía que iba a explotar en cualquier momento.
Sentía como si fuera a morir de ira si decía una palabra más a la otra parte.
Para los de su reino de crecimiento, reservar un segundo entero, incluso una décima de segundo era suficiente para que ellos reclamaran la vida de una persona en medio de una batalla intensa. Darle un segundo para hacer lo que quiera sin tomar represalias, ¡eso realmente le mostraba un desprecio absoluto!
—¡No lo necesito! ¡Te reto a que uses todo lo que tengas a tu disposición y me permitas ver el alcance de tu fuerza! —El joven apretó los dientes y aulló.
—¿Estás seguro? —Zhang Xuan frunció el ceño, dudando.