Esas dos palabras fueron escritas usando una escritura bastante antigua. Siendo así, no parecía haber ninguna fuerza o poder en particular para ellas. De hecho, mirándolas desde lejos, se habrían parecido a los garabatos de un niño que acababa de aprender caligrafía.
Pero al mirar más de cerca, uno notaría que había un aura única imbuida en esas palabras. Este era un aura que llevaba el aroma de la historia, significando la existencia de un artefacto que trascendía a través del tiempo. Había existido desde la antigüedad, y sentía que continuaría durante muchos años. Con sólo mirarlo, la voluntad de uno parecía vagar a través de la historia, aparentemente sometida a un bautismo de tiempo.
—¿Qué es este lugar? —preguntó asombrado Zhang Xuan.