—Espejo Wu Dao, dijiste que... ¿he perdido? —Incapaz de aceptar lo que acababa de escuchar, preguntó Zhang Ziqing una vez más.
—Ciertamente. Aunque su obra de arte utiliza el método de dibujo más sencillo, aprovecha la esencia misma de la pintura. Puedo decirte que esta es una hazaña de la que incluso el pintor promedio de 9 estrellas sería incapaz de hacerlo. Tu pintura no es tan mala, pero palidece mucho en comparación con la suya —contestó Espejo Wu Dao.
Los artefactos en tal nivel ya poseían su propia conciencia y eran capaces de interactuar con los humanos.
—Pero todo lo que hizo fue mover su espada unas cuantas veces, y no dejó ni una sola marca en la piedra. ¡¿Cómo podría ser algo que ni siquiera un pintor de 9 estrellas sería capaz de igualar?! —Zhang Ziqing tenía ganas de jalarse el pelo con frenesí.