—¡Bastardo! —La ira de Luo Xuanqing finalmente alcanzó la cima y explotó.
Una cosa era que su hermana menor, a la que tanto adoraba, fuera seducida por aquel tipo cuyo cociente emocional podía decirse que era casi nulo, pero pensar que la diosa con la que había estado enamorado durante tantos años estaba llena de admiración por él también. En ese momento, no había palabras para describir lo loco que se sentía por dentro.
Te traté como a mi hermano, pero terminaste seduciendo a mi hermana menor y a la persona que amo. ¡Imperdonable!
—¡Zhang Xuan, será mejor que te largues ahora mismo! —rugió Luo Xuanqing con furia, incapaz de contenerse por más tiempo,.