Pasaron seis horas de descanso, hasta que el sol empezó a salir por el horizonte oriental, antes de que Zhang Xuan finalmente sintiera que su zhenqi se recuperaba por completo, y su mente, espíritu y alma volvían a su máximo.
Instintivamente sabía que sería una mala idea permanecer allí después de herir a Jian Qinsheng, así que con decisión recogió todas sus espadas y regresó a su residencia.
Como se espera de una Quintaesencia de Espadas basada en la ofensa, ¡su poder no debe ser subestimado!
Recordando la batalla que había ocurrido la noche anterior, los ojos de Zhang Xuan brillaban de emoción.