—¡Maldita sea! ¡Maldita sea! —Con el cuerpo temblando, Zhang Qian maldijo furiosamente en voz baja.
Se había desempeñado más allá de sus límites habituales en el examen, y pensó que eso le permitiría subir en las filas. Sin embargo, en contra de todas sus expectativas, no logró entrar entre los cincuenta primeros. Y no sólo eso, sino que como si fuera un insulto a su dolor, ese bastardo de Zhang Xuanfue quien tomó la última posición, ¡eliminándole de la división de élite!
Había estado pensando que con la autoridad que ganaría al entrar en la división de élite, podría darle una lección a ese tipo. Pero como si el cielo le estuviera jugando una mala pasada, la situación evolucionó hasta este punto.
—Hermano Yunfeng, es ese Zhang Xuan, quien hizo un movimiento en mi contra. También fue él quien me sacó del top 50. —Con los puños cerrados, Zhang Qian se quejó indignado ante un joven no muy lejos.
